Golpe a las cadenas de suministros globales. Y es que la guerra en Ucrania está causando un problema en las cadenas de suministros. Es otras palabras, “las cadenas de suministros globales actúan como un sistema circular en el que un problema en un punto puede afectar a todo el conjunto”. Así afirma Oriol Montanyà, director del Postgrado en Total Supply Chain Management de la UPF para el medio Capital.
Según Montanyà, Rusia y Ucrania son puntos de referencia en cuanto a las materias primas. Entre ellas de los sectores de la tecnología, automoción, energía y alimentación. Y es que estors serían los sectores más afectados. Pues Ucrania y Rusia son los considerados «graneros de Europa».
Graneros de Europa
En este sentido, Rusia es el primer productor y exportador de trigo del mundo. A su vez, Ucrania “es la responsable de aprovisionar el 35% de los cereales que entran en la Unión Europea”.
En cuanto a los sectores de la tecnología y la automoción, Montanyà considera que ambos países fronterizos “son grandes productores de metales […] esenciales para la fabricación de coches y dispositivos electrónicos”.
Ambos países eslavos también protagonizan la crisis del sector energético. Y es que Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo. A la par que como mencionábamos en entradas anteriores, aprovisiona un 40% del gas natural de la UE. Además, el sector energético tiene implicaciones transversales. O sea, puede afectar a varios sectores de actividad.
También cabe recordar que el la Federación Rusa cuenta con destacables reservas de cobre y aluminio. Sin olvidar la producción de paladio que se utiliza en la fabricación de coches. No obstante, Ucrania es una gran productora de níquel, el cual se usa en la fabricación de chips electrónicos.
Logística y transporte, grandes afectadas en cuanto a los suministros globales
Y es que muchas navieras han dejado de operar en el puerto de Rusia. Esto es debido a que muchos puertos europeos no van a recibir buques con origen de la potencia eslava. “Esto está provocando un desequilibrio entre los flujos de mercancías habituales”, explica Montanyà. Y es que el transporte marítimo es como una especie de engranaje, en el que cuando se rompe alguna ruta se desnivela.
También el transporte terrestre y el transporte aéreo de mercancías sufren las consecuencias del conflicto. Pues las rutas han tenido que desviarse de estos países, alargando éstas. En un marco en el que las cadenas de suministros son globales e interdependientes, supone que el transporte de estos países afecta a los abastecimientos a escala global.
Además, “ya se ha demostrado que las cadenas de suministros globales son frágiles”. Ejemplo de esta afirmación es la situación del Ever Given cuando encalló en el Canal de Suez y “puso en jaque al comercio mundial”.
Las sanciones a Rusia nos repercuten
“Ya estamos viendo consecuencias en el precio de la energía, del transporte y en la disponibilidad de algunos productos”, sentencia Montanyà. Y es que los efectos globales “irán a más si el conflicto bélico y las sanciones cruzadas se prolongan”. Esto es debido a que nos encontramos «ante un modelo de aprovisionamientos tan interconectados a nivel global que las sanciones económicas son como un búmeran”.
Para sortear estas sanciones, las empresas buscan rumbos y proveedores alternativos para abastecerse de productos procedentes de Rusia o Ucrania. Pero estas alternativas suponen subida de costes y descenso en la disponibilidad del producto.
Suministros globales y los consumidores
En crisis anteriores, Montanyà recuerda que “se confirmó que tenemos grandes profesionales en el sector de la logística que […] evitan que los contratiempos lleguen al consumidor”.
Los dos efectos inminentes para el consumidor en este tipo de dificultades que afectan a las cadenas de suministros globales son los siguientes:
- el incremento de precios: debido a que a las empresas le acrecientan los costes
- la bajada en la disponibilidad del producto: debido a problemas de abastecimiento de materias primas y de transporte
En este sentido, el transporte es el eslabón más importante en la cadena de suminisitros. Y, muchas veces, “invisibilizado” . Aunque para Montanyà, lo relevante es verla como “un todo”, unida y con visión global. Porque como manifiesta, tener una visión parcial o por eslabones provoca fragilidad en la cadena.
“En muchas empresas están viendo que la logística y las cadenas de suministros no son solo una palanca para el ahorro de costes. Es más, están notando que tienen una importancia estratégica y de ventaja competitiva”. Y concluye sentenciando que “aquellas compañías que dotan a las cadenas de suministros de talento, formación o profesionales preparados, son las que mejor están saliendo del bache”.
Fuente: Capital